jueves, 27 de septiembre de 2012

La magnífica historia de Helen Keller.....



GRANDES HISTORIAS DE SUPERACIÓN PERSONAL I: Helen Keller y Anne Sullivan Esta es la magnífica historia de Helen Keller, la primera autora, activista política, y oradora sorda, ciega y muda y Anne Sulliva, la entregada maestra que la acompañó toda su vida.

 Helen Adams Keller nació el 27 de junio de 1880 en Tuscumbia, una pequeña ciudad rural del Alabama , situada en Estados Unidos. Sus padres eran el capitán Arturo Henley Keller y Kate Adams Keller.

 En febrero de 1882, con 19 meses de edad, la pequeña Hellen cayó gravemente enferma de escarlatina. Cuando la familia creyó que iba a morir, esta se recuperó. Pero pronto, la familia notó que la pequeña había perdido la vista y el oído, quedando de esta manera muda también, al no haberle dado tiempo de aprender a hablar. 

 Con el paso de los años, la educación de la niña se convirtió en una situación especialmente difícil, ya que esta al ser ciega y sorda, no aprendía a comportarse como el resto de los niños. El desconocimiento de los padres y la imposibilidad por ello, de educar a la pequeña Helen de la manera correcta, provocaba que esta se rebelase caprichosa y violentamente contra todo lo que no le gustaba o no le permitían hacer, llegando así a convertirse a ojos de los que la miraban, en un auténtico animal salvaje que tiraba platos, rompía lámparas, gritaba y golpeaba a todo lo que había a su alrededor.

 Ante estas duras circunstancias, su familia no se resignaba a que el destino de la niña fuera el del desamparo y el rechazo. Para ello y tras una violenta situación entre madre e hija, contrataron a una institutriz llamada Anne Sullivan, ciega también, que recuperó parte de la vista tras varias operaciones durante su vida

. Anne Sullivan se convirtió desde entonces en su profesora, su tutora, y su amiga de toda la vida. Anne venía de un ambiente pobre.

 Perdió la visión cuando tenía tan sólo cinco años y fue abandonada en una casa muy pobre.




 El primer propósito de la institutriz, fue el de separar a la niña temporalmente de los padres que la sobre protegían, llevándola a una pequeña casita junto a la casa principal de la familia, para que no tuviera contacto con los padres y esto no provocara sufrimiento en los que la observaban. 

 Anne consiguió de esta manera controlar el mal genio de la niña, haciéndole ver que con las rabietas no conseguiría lo que quería. Se propuso con paciencia y tenacidad que si la niña quería algo, lo tendría que pedir de una manera pacífica y no con gritos y golpes.

 Tras esta primera hazaña, se propuso enseñar a Hellen a leer, le enseño el alfabeto manual para sordos y luego el alfabeto en braile. Luego le enseñó a escribir de la manera común y con máquinas de escribir.

 Para que aprendiera a escribir, Sullivan le consiguió a su discípula un tablero especialmente diseñado, acanalado de modo que un lápiz podía formar letras.

 Para que la niña aprendiera a hablar, la institutriz ponía la mano de Helen en su garganta, para que le fuera posible percibir las vibraciones que producían las palabras al comunicarse. Anne pretendía que Helen hiciera esas mismoas formas de vibraciones con su boca. Todavía, el habla de la niña era confusa, hasta años después en los que con la inestimable ayuda de un profesor de voz y el apoyo de Anne, Helen pudo comenzar a comunicarse hablando de una manera clara.

 Años más tarde, Helen describió sus primeros logros con las siguientes palabras en un libro:

 “Un día, mientras yo jugaba con mi muñeca nueva, la señorita Sullivan me puso en el regazo mi gran muñeca de trapo, deletreó muñeca y trato de hacerme comprender que esa palabra se aplicaba a ambas. Ese día habíamos tenido una riña por las palabras ''t-a-z-a'' y ''a-g-u-a''. La señorita Sullivan.habia intentado hacerme comprender que '' t-a-z-a'' era taza y que''a-g-u-a''era agua pero yo insistía en confundir las dos.
 Ella había optado por dejar ese tema por un tiempo, para retomarlo en la primera oportunidad. Me impacienté ante sus reiterados intentos y, tomando la muñeca nueva, la arrojé al suelo .Quedé encantada al sentir los fragmentos de la muñeca rota a mis pies. Mi estallido de cólera no fue seguido por pena ni arrepentimiento. Yo no amaba esa muñeca. En el mundo silencioso y oscuro donde yo vivía no había sentimientos fuertes ni ternura. Noté que mi maestra barría los fragmentos a un costado del hogar, y sentí satisfacción por haber eliminado la causa de mi incomodidad. Ella me trajo el sombrero y supe que saldría a la cálida luz del sol. Este pensamiento - si una sensación sin palabras se puede llamar pensamiento-me hizo brincar de placer.

 Caminamos por el sendero hasta la fuente, atraídas por la fragancia de la madreselva que la cubría. Alguien extraía agua y mi maestra puso mi mano bajo el grifo. Mientras el chorro fresco me empapaba una mano, ella deletreó en la otra mano la palabra agua, primero despacio, después de prisa. Me quedé en silencio, fijando mi atención en el movimiento de sus dedos. De pronto tuve una borrosa conciencia, como de algo olvidado, el estremecimiento de un pensamiento que regresaba; y de algún modo se me reveló el misterio del lenguaje. Supe entonces que ''a-g-u-a'' significaba esa maravillosa frescura que rozaba la mano. Esa palabra viviente despertó mi alma, le dio luz, esperanza, alegría, la liberó. Aun había barreras, es verdad, pero barreras que podrían eliminarse con el tiempo.

 Me fui de la fuente ansiosa de aprender que todo tenía un nombre, y cada nombre engendraba un nuevo pensamiento. Mientras regresábamos a la casa, cada objeto que yo tocaba parecía temblar de vitalidad: era porque lo veía todo con la extraña y nueva visión que me había embargado. Al trasponer la puerta recordé la muñeca que había roto. Fui a tientas hasta el hogar y recogí los trozos. Traté en vano de ensamblarlos. Entonces mis ojos se llenaron de lágrimas, pues comprendí lo que había hecho, y por primera vez sentí arrepentimiento y pesar.

 Ese día aprendí muchas palabras y aún recuerdo cuáles eran, pero se que madre, padre, hermana y maestra estaban entre ellas, palabras que harían florecer el mundo para mí, ''como el cayado de Aarón con flores''. Habría sido difícil encontrar una niña más feliz que yo cuando me acosté, al final de esa día memorable jornada y reviví las alegrías que me había traído, y por primera vez anhelé que llegara un nuevo día”.



 Cuando Hellen creció un poco más, en el año 1896 la llevaron a la escuela de Cambridge para señoritas y en 1900 accedió a la Universidad de Radcliffe, consiguiendo con esta nueva hazaña, ser la primera persona sorda y ciega que pisaba una Universidad. El paso por la Radcliffe fué muy complicada tanto para Hellen como para Anne, además, la cantidad de trabajo para realizar deterioró la pobre vista de la tutora Anne. 

Durante su formación en la Universidad, la joven Hellen comenzó a escribir su autobiografía. La escribía en braile y en una máquina de escribir normal. Consiguieron que Juan Albert Macy las ayudara a corregir el libro “La historia de mi vida” y fue publicada en el año 1903 y aunque en un primer momento no tuvo éxito, más adelante se convirtió en un libro clásico. El 28 de junio del año 1904, Hellen Keller se graduó en la Universidad de Radcliffe “Con Honores”, convirtiéndose de esta manera en la primera persona sorda y ciega en obtener un título Universitario y demostrando así que nada es imposible cuando un propósito se lleva a cabo con toda la pasión que da el corazón. 

Ese mismo año, Hellen habla por primera vez en público, en la exposición de San Luis. Hellen y Anne, comenzaron entonces una gira de charlas y conferencias sobre sus experiencias juntas en esta gran proeza. Hellen contaba a los oyentes su vida y su discurso era interpretado frase a frase por Anne Sullivan, provocando de esta manera sesiones de preguntas y respuestas acerca de su historia. En 1918, la demanda de los libros había comenzado a disminuir, pero su viaje continuaba con interés, mostrando al público la gran proeza de Hellen; Como por ejemplo, el momento en el que Anne le enseño siendo niña el significado de la palabra “agua” y cómo tenía que pedirla cuando tenía sed. Ese mismo año, las dos mujeres junto con John (marido de Anne), se mudaron a Forest Hilles en Nueva York. Hellen usaba su nuevo hogar como la sede para conseguir fondos de la Fundación Americana para Ciegos.

 También comenzó a realizar campañas para mejorar la calidad de vida y las condiciones de las personas de su misma condición física, los cuales eran rechazados y educados de la manera equivocada en asilos. Su tenacidad y coraje hizo que estas circunstancias comenzaran a cambiar y se comenzara a mirar de otra manera a las personas con dificultades visuales y auditivas, De esta manera, la vida y educación de estas personas cambiaron también. En 1964, Helen fué premiada con la Medalla Presidencial de la Amkistad, el más alto premio para personas civiles, otorgada por el presidente Lyndon Johnson. 

Un año más tarde, la eligieron como la mujer del Hall de la fama en la Feria Mundial de Nueva York. Poco antes de morir, Helen Keller ya con 87 años le dice a un amigo: “En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero que un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha”. El 1 de Junio de 1968, Helen Keller muere en Arcan Ridge mientras duerme. Su cuerpo fue cremado en Bridgeport, Connecticut y su funeral se celebró en la Catedral Nacional de Washington D.C.

 Sus restos fueron trasladados junto a los de Anne Sullivan, su amiga y amada maestra durante toda su vida. El mérito de esta gran hazaña fue tanto de Helen por su fuerza de voluntad y fe en sí misma, como de Anne por su tenacidad y dedicación absoluta. Dos grandes heroínas en una época en la que a las mujeres no se las tenía muy en cuenta, a eso se le añade la dificultad de las limitaciones físicas.


 En la localidad de Getafe, han dedicado una calle a Helen Keller. En Santiago de Chile, una escuela para ciegos lleva su nombre, En la localidad de Corrienes, situada en Argentina, una escuela para sordos lleva también su nombre. En Córdoba, Argentina, también hay otro colegio para sordos con su nombre, del mismo modo que en Caracas, Venezuela, otro colegio para niños sordos lleva también su nombre. 

 Todo un ejemplo a seguir por todos, no sólo por las personas con limitaciones físicas, pues si alguien con ese problema puede llevar a cabo un gran propósito, que no puede hacer otra persona sin esas limitaciones. 


 Desde que conocí esta maravillosa historia, sé que nada es imposible para nadie. Absolutamente nada. 

De : -Evolet -









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