martes, 17 de septiembre de 2013

A DIOS ROGANDO...

A DIOS ROGANDO...

A DIOS ROGANDO...


Tuve una plática con un conocido que se quejaba amargamente de la situación en su trabajo. No se le valora, no se le respeta, el ambiente laboral está sumamente estresante, además de no llegar a las ventas requeridas para que exista un balance en la empresa, lo cual se refleja en un muy bajo salario que percibe. Un producto que comercializan y se está convirtiendo en obsoleto porque existen mejores opciones en el mercado. Esas y otras quejas mas fueron expresadas en menos de 5 minutos.

¿Desde cuanto están las cosas así? – pregunté- ¡Desde siempre César!
¿Mas de 8 años trabajando en un lugar donde no estás a gusto?
Su respuesta fue lo mas impactante de la plática:
Tu sabes que no hay oportunidades para personas de mi edad (47 años) .
No me quedé con las ganas de preguntar si había buscando otras opciones laborales y su respuesta fue un rotundo no y agregó:
“Pero se que Dios tiene planes para mi…”
Su respuesta me dejó helado…
No dudo que Dios tenga planes para cada uno de nosotros, que la fe hace milagros y que quien ora siempre tendrá una recompensa pero por supuesto que llegó también a mi mente el dicho que dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”
¿A cuántas personas conoces que se quejan por su estado de salud pero no toman decisiones certeras para mejorarlo?
Mi abuela Consuelo y su hermana Débora acostumbraban a discutir quien de las dos era la que mas enfermedades tenía y de esas, cuál era la mas grave. Una decía que tenía dolor de cabeza que con nada se le quitaba y la otra decía que las piernas le quemaban. La otra agregaba que su dolor no lo aguantaría ella jamás y la otra le contestaba que el dolor de la piernas jamás le permitiría caminar ni unos metros ni vivir en paz.

En su rosario diario ambas pedían a Dios que las curara de esos y otros innumerables  achaques que tenían pero ninguna de las dos tomaba la decisión de seguir la recomendación mas importante que sus médicos les decían: cambiar hábitos,  bajar de peso y comer mas saludablemente,  situación que mas beneficios podría traer a la salud de las dos.

“A Dios rogando y con el mazo dando” igualmente se aplicaría a quienes desean vivir muchos años y no están dispuestos a dejar el tabaco o a disminuir el consumo de alcohol.

A quienes piden fervientemente a Dios que los hijos ingratos que les envió a su custodia, y desean que cambien y sean mejores pero están inmersos en un círculo de corajes, reclamos y castigos que en nada beneficia e incrementa los problemas. Situación que sería muy diferente si se empezara con la cultura del diálogo, el reconocimiento a los logros, fomentar la cultura del amor y el respeto a través de la aplicación de límites y  sobre todo cambiar las palabra castigo por consecuencia de tus acciones. Y ni que decir de quienes desean que sus hijos sean mas tolerantes y ante la mínima provocación, los padres se desesperan, les gritan,  y amenazan y exigiendo que deberían de no gritar y tomar las cosas con calma. -El burro hablando de orejas-

Se aplica igualmente éste dicho a quienes desean que tener mejores relaciones con los demás y piden al ser supremo fortaleza para sobrellevar relaciones basadas en el conflicto, olvidando que indudablemente atraemos a nuestras vidas a las personas en base a los mensajes que directa o indirectamente enviamos con nuestras actitudes y palabras y que nadie puede hacernos la vida imposible a menos de que lo permitamos.
A quienes desean tener una vida menos estresante por tantas deudas  y suplican a Dios que se ganen la lotería –para lo cual raramente compran boleto- pero difícilmente analizan en que están gastando o malgastando su dinero y olvidan el poder tan grande que tiene adquirir una mentalidad basada en la abundancia donde el dinero sea mas una consecuencia que un fin.

Estas tres recomendaciones deseo que las tengas en mente:
  1. Por supuesto que la Fe hace milagros pero siempre unida a la preparación constante, a la observación de oportunidades y a la toma de decisiones en los momentos adecuados.
  2. Conocernos a fondo siempre será un buen principio para que las cosas sucedan. Analizar nuestras fortalezas y creer en ellas. Identificar nuestras debilidades para sobrellevarlas y aceptar dentro de esas debilidades que la apatía, el miedo, la indiferencia y la inmovilidad son el principio de nuestra mala fortuna.
  3. Difícilmente las oportunidades tocarán a nuestra puerta. Un plan diario de mejora de nuestra situación, un análisis a conciencia de lo que si se puede intentando quitar tantas limitaciones que nuestra mente inventa, crea o agranda por los miedos que traemos o que la gente a quien no debemos acudir a pedir consejos, nos convence de que no podemos.
    Si eres uno de los miles de desempleados en el país, no cometas el error que muchos cometen de estar en casa, paralizados por la situación en lugar de hacer un plan diario de colocación de solicitudes y entrevistas, sin desfallecer. Ese es precisamente el trabajo actual.
    Recordé a un amigo que aprecio mucho y que sigue desempleado desde hace 6 años, pero no pide trabajo en ninguna parte. Solo se lamenta de lo poco valorado que fueron en su último trabajo al despedirlo injustificadamente a él y a tres compañeros con la misma antigüedad, los cuales por cierto, ya trabajan en otras compañías.
    Solteras que siguen rogando a Dios y a San Antonio (a quien tienen de cabeza desde hace 20 años) por el hombre con quien compartir su vida, pero no mejoran ni su aspecto, ni sus actitudes ni sus pensamientos, ni mucho menos acuden a los lugares donde pueden encontrar a personas afines. Esperan a que toquen a su puerta y les propongan una relación formal. “Algún día llegará….ya veras…. Matrimonio y mortaja del cielo bajan….”-Si como no-

Por supuesto que pido a Dios por todos mis deseos, proyectos, anhelos e ilusiones pero siempre teniendo en mente que el presente es el mejor momento para concretar un mejor futuro. Haciendo lo que tengo o lo que si puedo hacer de la mejor manera, planeando pero no olvidando a quienes en éste momento necesitan de mi. Deseando algo mejor pero recordando que las relaciones, los actos y el servicio de calidad  que otorguemos en el presente siempre será recompensado en el futuro.

No creo que merezcamos éste país con tanta corrupción, inseguridad e impunidad, por eso sigo en base a mis posibilidades alzando la voz ante las injusticias y fomentando valores que puedan contrarrestar estas lacras de nuestra sociedad.

Termino éste artículo con una frase matona que deseo medites:
“Por el bien nuestro y de quienes amamos, hagamos el firme propósito de vivir el presente. Preocuparse y quejarse por todo y de todo es darle poder a lo que no deseamos”

Por Dr. César Lozano.

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