En la vida tenemos momentos, metas
que queremos alcanzar pero nos encontramos
con otras ideas bellas llenas de amor y de soledad,
son momentos que destinamos a pensar
qué hacer con nuestra vida si el amor,
ese amor que queremos no lo podemos alcanzar.
Son momentos de ensueño, llenos de soledad
donde nos encontramos con nosotros mismos,
y entonces sin darnos cuenta, nos ponemos a hablar.
Hablamos con nosotros, con nuestro interior
que se resiste a dejar que vuelen los sueños,
y que sabemos que si los seguimos algún día
dejarán de ser sueños para ser una realidad.
Pero en ocasiones ocurre que dudamos, que valoramos
qué hacer en primer lugar, si seguir aferrados
a un imposible o soltar la mano y empezar a caminar,
mirando al frente a ese punto que queremos alcanzar
aunque signifique romper con el pasado, lleno de
risas, de amor y amistad dejando que las lágrimas
empiecen a aflorar a fin de limpiar esa visión
y pensar que todo lo puedo realizar.
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